jueves 2 septiembre, 2021
Novena, 6º Día: «María, reina de los apóstoles»
El sexto día de la novena ha sido presidido por D. Julián Ros, Vicario general de la diócesis de Albacete, y ha sido dedicado a las Cofradías y Hermandades.
Todos los estandartes han sido colocados alrededor de la sagrada imagen de la Virgen de Cortes, cada uno portado por un representante de la hermandad correspondiente.
D. Julián ha partido de la vocación bautismal del laico para crear asociaciones de files, con los fines de la misma Iglesia y cada uno con fin especifico y con s titular propio.
Una asociación de laicos el primer fin que tiene es ayudar a vivir la fraternidad en el seno de la asociación o hermandad correspondiente y desde ahí ser germen de evangelización.
En los tiempo de indiferencia religiosa una hermandad o cofradía puede ser una barrera contra dicha indiferencia, pues en ella se presenta lo religioso como un cauce para establecer vínculos con el misterio y vínculos con las fraternidades vividas en el seno de la comunidad cristiana.
Fue la Virgen la que desde el principio oraba con la comunidad apostólica a la espera del Espíritu Santo y que la misma comunidad apostólica saliera fortalecida y lanzada a la evangelización.
Novena, 6º Día: «María, reina de los apóstoles»
Publicado: jueves 2 septiembre, 2021
El sexto día de la novena ha sido presidido por D. Julián Ros, Vicario general de la diócesis de Albacete, y ha sido dedicado a las Cofradías y Hermandades.
Todos los estandartes han sido colocados alrededor de la sagrada imagen de la Virgen de Cortes, cada uno portado por un representante de la hermandad correspondiente.
D. Julián ha partido de la vocación bautismal del laico para crear asociaciones de files, con los fines de la misma Iglesia y cada uno con fin especifico y con s titular propio.
Una asociación de laicos el primer fin que tiene es ayudar a vivir la fraternidad en el seno de la asociación o hermandad correspondiente y desde ahí ser germen de evangelización.
En los tiempo de indiferencia religiosa una hermandad o cofradía puede ser una barrera contra dicha indiferencia, pues en ella se presenta lo religioso como un cauce para establecer vínculos con el misterio y vínculos con las fraternidades vividas en el seno de la comunidad cristiana.
Fue la Virgen la que desde el principio oraba con la comunidad apostólica a la espera del Espíritu Santo y que la misma comunidad apostólica saliera fortalecida y lanzada a la evangelización.